Habíamos visto en la entrada
anterior los beneficios de usar una
funda para los sillones y el sofá y también que podíamos encontrarlas en
cualquier establecimiento textil. El problema no es tanto las medidas como el
diseño, es decir, que busquemos algo en
concreto que no esté disponible en ningún lado. Llegados a este punto no
nos queda otra que ponernos manos a la obra y confeccionar nuestra propia
funda.
Eligiendo la tela
Lo más importante que debes tener
en cuenta es la elección de la tela,
de la que va a depender todo el proceso final. Y a diferencia de las fundas, hay telas para todos los gustos y colores,
tamaños y texturas distintas. No vas a tener problemas en encontrar los que
buscas y poder realizar la combinación de tonos que habías soñado.
Y además, estas telas son mucho más baratas que sin compraras la funda en sí,
sobre todo si acudes a un comercio de mayoristas. Si nunca antes has cogido una
aguja, quizás sea conveniente practicar
un poco con alguna manta o sábana vieja que no vayas a usar. Una vez que
hayas cogido confianza, es el momento de elegir los materiales.
Consejos sobre colores y materiales
Tienes que tener en cuenta a la
hora de elegir el color si tu sofá o
sillón va a tener más pelea de lo normal (por ejemplo, si tienes un gato en
casa o niños pequeños). En caso afirmativo, te advertimos que los colores claros y lisos son los que más
se ensucian, ya que cualquier mancha o roce va a ser fácilmente
perceptible.
Entre los materiales más
adecuados para fabricar nuestra funda encontramos las telas de loneta, chenillas o microfibras, todas ellas son buenas
opciones. Los estampados y los oscuros,
al contrario que los colores claros, nos
van a ayudar a ocultar mejor las manchas.
Sigue leyendo un nuevo post en Hogar 10: Cómo hacer fundas para el sillón I
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