Una cosa muy buena de las jardineras es que podemos hacerlas nosotros mismos sin mucho problema y sin apenas coste. Simplemente tenemos que delimitar una pequeña zona con materiales muy naturales, como piedras, ladrillos o madera. No tiene por qué tener una forma específica, aunque la mayoría de la gente opta por hacer o bien un círculo o un rectángulo.
Al ponernos a colocar los límites de nuestra jardinera, no hay que esforzarse en que, por ejemplo, todas las piedras sean del mismo tamaño, o estén pulidas, sino que si parece que han sido colocadas un poco “de forma accidental”, queda más natural.
Una vez delimitados los límites de nuestra jardinera, debemos asegurarnos de que la tierra de dentro esté correctamente abonada. Para evitar preocupaciones, lo mejor es comprar un saco de abono de 5kg y mezclarlo con la tierra ya existente, así nos ahorraremos complicaciones en el futuro, y el abono sobrante se puede utilizar en cualquier otra parte de nuestro jardín.
Ahora queda elegir las flores…esto si que debe ser una elección muy personal, ya que prácticamente todo vale. Desde pequeñas y delicadas flores hasta arbustos de, por ejemplo, lavanda. Dependiendo del tamaño de la jardinera podréis innovar más o menos, pero pequeñas matas de flores a ras de suelo mezcladas con flores altas, como tulipanes, forman combinaciones muy atractivas.
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