Primero tenemos los anillos. Aunque no son el complemento más usado, si que son el más fácil de perder. Para evitar este inconveniente, podemos colocarlo en pequeños boles de madera o cerámica, o en bandejas con diferentes alturas. De esta forma podremos verlos de la que nos vestimos y usarlos de forma acorde con nuestra ropa.
Moviéndonos a los collares, aquí tenemos varias opciones: guardarlos en cajoncitos o cajitas, colocarlos estirados sobre una vieja bandeja de plata o colgarlos de un perchero. Personalmente, la forma en la que más llaman la atención y que más fácil de manejar es, es colgándolos de un perchero. De esta manera, darás un toque de color a la habitación, además de tener tus collares organizados, digamos, por colores o preferencia.
En cuanto a los pendientes, y esto si que es un gran elemento decorativo, se pueden organizar en tacitas de porcelana o cerámica, expuestas sobre una bandeja, como si de una fiesta de té se tratase. Aunque siempre puedes ponerle un poco más de esfuerzo y colocarlos en un armario pequeño de pared, como si de una joyería se tratase.
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